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La moralidad es una adaptación a la vida social y todas las sociedades tienen una solución moral al problema de tendencias individuales que son socialmente deletéreas. En las sociedades más primitivas, ni siquiera se consideraba moral lo que se haga fuera de la tribu. En las sociedades tribales más extensas, como los mongoles o el islam, la pacificación interna se consigue con el derecho y el deber de conquista para lograr mujeres y botín. Finalmente, la paz y la prosperidad en las sociedades civilizadas se consigue con la monogamia y el derecho de propiedad, que son pactos de no agresión entre los hombres.
De todos es conocido el desprecio de los socialistas por ese tipo de pactos morales heredados. No es de extrañar que un tipo rico, poderoso y socialista como Strauss-Kahn sea como es. Y tampoco extraña la doble vara de medir de los socialistas que le defienden, porque el socialismo es una regresión a lo más primitivo: la tribu de Strauss-Kahn son los socialistas.
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