jueves, 25 de octubre de 2012

Las naciones no se construyen II

Contra la opinión general, no creo que nada que rebase el entendimiento humano se puede construir desde arriba. Y las naciones son un ejemplo de eso.  Yo no conozco ninguna nación que se haya construido así, a base presupuesto y de adoctrinar niños. No que sea algo duradero, al menos. 

Ese constructivismo tan propio de esta época llena de optimistas antropológicos, que se creen que con una escuadra y un compás, o ahora con unas camaras de televisión y unas aulas, se puede  construir lo que uno quiera. El mismo Aznar dice ahora que hay que "reconstuir desde su base el proyecto nacional". España ya está construida por la historia.

Es imposible construir una nación como es imposible construir una religión. Éstas tienen un proceso de abajo a arriba, que es evolutivo, no racional. Y ese proceso opera sobre la realidad, no sobre la imaginación y la conveniencia de unas pocas personas. Es ese crecimiento orgánico que no deposita su sustrato en ningun lugar determinado, sino que echa sus raices en todas partes, lo que hace que esa entidad sea tan dificil de erradicar o siquiera modificar. Una nación no son unos estatutos, ni una constitución, ni unos edificios, ni es la memoria viva ni escrita, ni son las maneras de hacer las cosas, ni el odio o esa querencia historica de alianzas, guerras y coaliciones con otras naciones a lo largo del planeta y de la historia. Es todo eso junto y cualquier otra cosa que se pueda imaginar.

Pretender convertir a una población a una realidad histórica falsa, a una identidad falsa es como pretender convertir a la gente de que el comunismo funciona y pretender que por el hecho de creerselo va a funcionar. No va a funcionar porque gran parte de la ideología comunista es incompatible con la naturaleza humana. De la misma forma, una identidad falsa, por mucho que se interioriza, choca con la realidad de las cosas, y la realidad de las cosas depende de la historia real, no de la inventada. Así, los paises comunistas tuvieron que crear ministerios de la verdad, ejecuciones masivas de "disidentes", tuvieron que destruir instituciones hasta los cimientos materiales y morales para que la gente adoctrinada no se topara a cada paso con cosas que contradecían los mismos fundamentos del régimen.  

De la misma forma, los nacionalistas, para que sus desgraciados subditos se sigan creyendo su adoctrinamiento, van a tener que destruir a cada paso cada vez mas simbolos e instituciones que destruirían su nación inventada. En el caso de Cataluña y España, no se tratará ya de los toros, ni de las relaciones económicas, ni los rótulos ni de la lengua. Se tratará de interferir en las transmisiones de televisión Españolas, de prohibir las publicaciones extranjeras, de cerrar las universidades a alguien con un minimo de instrucción. de  adoctrinar a los mismos franceses o alemanes en la nueva historia para que se establezca una relación creible de cataluña como pais a la par con esos paises, y no como una veleidad temporal de unos fanáticos que fracasarán tarde o temprano en su lucha contra una realidad milenaria que es España, mas milenaria que Francia y Alemania. ¿Que frances o Alemán va a invertir esfuerzos en Cataluña, en trabar con sus instituciones, aceptar sus reglas para montar sus empresas y para admitir sus representantes en Europa si no se creen de verdad la nueva historia inventada de Cataluña?  Pero eso es imposible, por muchas embajadas y consulados que monten los nacionalistas.

A Cataluña solo le queda la credibilidad y el trato de sus iguales, es decir, los estados gamberros. Esos estados tiránicos que quieren reescribir la historia, ya sea por personalismos populistas, fanatismos ideológicos o religiosos. 

España  como todas las naciones ya está construida. El problema de España es el de todo occidente, que es la negación de la realidad. Es el mismo que durante las revoluciones comunistas pero se ha agravado, porque esa negación de la realidad es mas profunda, aunque aparentemente meos violenta; Se niegan los fundamentos cada vez mas básicos por y para los que no ya la nación, sino la misma civilización está construida. Algunos de esos principios básicos que se niegan resultan tan de perogrullo que no es extraño que estemos en las últimas, a punto de desaparecer como civilización (no hablo solo de España).

Enumero unas cuantas cosas evidentes que se niegan:

  • La verdad evidente de que el conflicto no es algo que se elije, sino que el conflicto te puede elejir a ti y tu tienes que responder a el. 
  • La verdad evidente de que el dialogo solo es posible cuando se comparten los mismos fines entre las partes. 
  • La verdad evidente de que la democracia y los votos miden la correlación de fuerzas, pero que si no hay una lealtad a una causa y a unos fines comunes, esa unidad en la que se ejerce la democracia se resquebra y se convierte en un enfrentamiento violento entre fuerzas. 
  • La verdad evidente de que mantener esa lealtad común, es la unica forma de mantener la colaboración y por tanto el éxito, y la supervivencia  y la felicidad y la libertad de los que forman esa unidad. Y por tanto los frutos que rinde, esa lealtad (llámese patriotismo) se convierte en un bien de primer órden que hay que defender
  • La verdad evidente de que eso crea inevitables contradicciones, compromisos, violencias, dilemas morales, faltas de libertad, injusticias, ineficiencias locales, incomodidades y complicaciones. Y que esos problemas no se resuelven con separaciones ni con uniones, porque esos problemas se reproducirán a cualquier escala de sociedad y forman parte de la condición humana.
  • La verdad evidente de que hombres y mujeres somos diferentes y que lo diferente se debe tratar de diferente manera para que el trato no sea injusto y opresivo. 
  • La verdad , no menos evidente, de que por sentido común, pero también por razones sociobiológicas,  la politica ha sido, es y será una obra de hombres y no de mujeres, que por lo general, con excepciones  -y esas excepciones me darán la razón- carecen del sensu politicae necesario, ni capacidades ni interés, no ya para ejercer sino para entender la politica. 

Las naciones son unidades que responden a esos principios de la realidad. Nuestros cimientos Judios, Griegos, Romanos y Cristianos estaban ahí para lidiar  con esos principios limitantes de esa realidad y por sus efectos prácticos, han sido y son las mejores soluciones que el ser humano se ha topado en su camino.

Pero ahora eso no es asi. Hay al mando una turba de pusilanimes, fanáticos idiotas, lunáticos y caraduras, cada uno con su escuadra y su compás contruyendo sus valorcillos, sus principios morales sus nacioncitas de la Señorita Pepis, Exponiendo teatralmente sus tolerancias, sus sentimientos sus supuestos prúritos democratas en una orgia desenfrenada de emotividad y falsa objetividad, con un desprecio total por la realidad histórica, politica, antropológica y hasta biológica. Hasta las empresas se han metido a darnos consejitos vitales y moralinas light en sus anuncios. Eso si: bien pagados y engrasados por una población no menos idiota.  Suerte.


Ver Parte I

No hay comentarios:

Publicar un comentario