miércoles, 9 de abril de 2008

La Thatcher española

Aguirre es muy sutil. Y guarda los tiempos. Su capacidad de autocontención es proverbial. Es además capaz de soltar una bofetada sin levantar la mano. Y tiene mucha habilidad para poner de manifiesto las contradicciones, debilidades y ambiciones de sus oponentes de dentro y de fuera del partido.

A diferencia de Margaret, esa Señora inglesa, no es química, ni sufrida ama de casa a la vez que política. Pero comparte con ella esa fría determinación sólidamente cimentada en una perspectiva liberal al mirar las cosas.


Anteayer se postulaba como presidenta del partido, sin hacerlo. Una vez más hablaba en el momento preciso, y no decía lo que estaba diciendo. “Si me presento Rajoy será el primero en saberlo”, apunta. Los medios captan la escena en la que Esperanza manda este mensaje y el otro de fondo con rostro opaco. La comidilla está servida. Todo el mundo habla de ello, todos comentan, y Espe toma la temperatura ambiente y saca conclusiones: “¿me presento o no?”.


Desde luego si el PP necesita una renovación esta no consiste en poner a Soraya a pelear torpemente por el centro. Caras nuevas no significa caras jóvenes, y menos jóvenes inexpertos. Los avezados socialistas merecen un rival de más enjundia y más buenas malas artes. Para el centro, además, ya tenemos a Gallardón, si esa fuere la opción elegida. Aguirre no sólo es la alternativa más liberal en un PP socialdemócrata, sino que, de llegar a liderar el partido, renovaría su cúpula, llevando consigo al equipo que ahora tiene en la Comunidad de Madrid, gente de gran valía y sobrada competencia como Lamela o Granados.


Estaremos atentos a lo que suceda. Quizás nos vayamos enterando sin enterarnos. La aguerrida Aguirre tiene esas cosas.

3 comentarios:

  1. Yo también creo que Esperanza está jugando muy bien su partida, no sé si de póker o de ajedrez. Ahora sólo falta que en el PP haya suficiente gente que esté dispuesta a arriesgar unos cómodos cargos partitocráticos en la plácida oposición, para apostar por la victoria electoral en 2012. No sé si la habrá.

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  2. Pues no se qué pensar. Me gustaría que siguiera al frente de la Comunidad de Madrid (lo reconozco, soy egoísta en ese sentido y no me duele en prendas reconocerlo) para que diera resultado lo que ha planeado.

    Si las cosas siguen así, la diferencia entre Madrid y resto de España será como la de Botswana y Zimbabwe. Claro que muchos idiotas dirán que es por la centralización.

    Me gustaría recalcar los ataques sitemáticos que está recibiendo de los núcleos más reaccionarios (El País) por el simple hecho de sentarse para mear. Suerte que la izquierda vela por la igualdad de derechos entre los distintos géneros, que si no...

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  3. Esperemos que apuesten por Esperanza, CLD. Y si no fuera ella casi diría que cualquier otro antes que Rajoy, porque políticamente huele a muerto (y lamento decir esto, pues es un personaje que me resulta muy simpático y me parece muy válido).

    Augie, hay que mirar por España, la CAM podría ser dirigida por alguien de su equipo y no pasaría nada (malo) con el cambio.

    Lo de la igualdad de género de los sociatas es pura y burda demagogia.

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