miércoles, 11 de noviembre de 2009

Pelin harto de salvaplanetas y liberadores

Es normal que a nadie le gusten los consejos gratuitos, porque el consejo indirectamente conlleva una acusación de que algo haces mal y que el otro lo hace bien, osea que el aconsejante se pone en un plano superior. El sentido común se rebela contra ese tipo de manipulaciones. Uno está pelin harto de ver a tanto tonto de cuota salir por la tele a decirme que no maltrate a las mujeres, cuando yo no he maltratado a nadie en mi vida. Ya cansa.

Pretender resolver problemas de cualquier tipo mediante consejitos y anuncietes es poco menos que infantil. No creo que nadie inteligente pueda pensar que dramatizar mostrando lo malos que somos los hombres o como maltratamos las focas o el clima sea el remedio contra nada, por lo que tengo que deducir que, o bien los politicamente correctos son imbéciles de remate o bien que, a base de acoso moral, quieren crear dos clases de ciudadanos, por un lado ellos, los superiores y por otro nosotros los malvados.

Después del día de la mujer viene la semana de la foca y el mes del clima y el año del gato. Por las pantallas van pasando todo tipo de saltimbanquis que nos dicen lo malos que somos con las mujeres, los gays o los papagayos rabicortos. Lo que pretenden todos esos buscadores de fortuna es nuestro dinero, por supuesto, pero además y sobretodo, pretenden ganar superioridad moral, que el capital mas importante que se puede conseguir en esta, la sociedad de la imagen. La superioridad moral es el medio mas eficaz para llevarse tontas al catre, tener seguidores esclavos, la forma de salir en el siguiente basurity show para consumo de oligofrénicos concienciaos y convertirse en la Belen Estaban del Clima, la Rocio Jurado de la liberación de la mujer, La Pantoja del activismo antiglobata. No en vano todo buscador de fama, no importa su profesión, sea actor o cantante o cualquiera con una profesión que se presta a la egomania, se guarda bien de rebozarse de una multitud de supuestas buenas causas, cuanto mas vociferantes y ostentoreas mejor.

Y peores que esos son los politicos que transforman esa emotividad teledirigida en leyes que se saltan el Estado de Derecho(Por supuesto con la creacion de los correspondientes organismos para la colocación de mas politicos y saltimbanquis). Normas como como la igualdad ante la ley y aquella otra tan entrañable que consiste en que para condenar a alguien se necesiten pruebas y terstimonios de terceros. Saltarse esas manías legales supone una dictadura. Quizá no una dictadura de raza o de clase o de nación, sino quizá una peor, una dictadura indefinida donde lo sagrado, cuya cuestionamiento supone la exclusión social o la cárcel, no es un concepto fijo, sino que es lo que diga a cada momento la élite politico-mediática.

Ya no hay salvapatrias o salvadores del proletariado. Ahora hay toda una fauna de salvaplanetas, salvaclimas, liberadores de la mujer, liberadores de los gays y liberadores del coño de la bernarda.

Ya está bien. Basta, por favor.

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4 comentarios:

  1. Una dictadura de la imbecilidad.El imbécil perfecto es la última figura dominante de toda civilización.

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  2. www.mueranlascaenas.com

    CAMISETAS LIBERALES

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  3. Estoy completamente de acuerdo.

    Por cierto, te dedican entrada en Lágrimas, para variar.

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